Desde el anuncio del cambio de nombre de Facebook a «Meta», el concepto de “metaverso” no para de mencionarse en medios vinculados a tecnología, y en el ecosistema cripto, ha logrado consolidarse como un pilar para importantes proyectos.

En palabras sencillas, un metaverso es un entorno de realidad virtual (generado por computadora) que es capaz de replicar la experiencia del mundo real. Es decir, un entorno 100% inmersivo.

Esto implica incorporar también los sistemas y actividades a los que estamos acostumbrados, de manera que ir a trabajar, juntarse con los amigos, salir de compras o asistir a un concierto, constituyen experiencias que podríamos vivir en esos espacios.

Para lograrlo, será necesario recurrir a dispositivos electrónicos avanzados, de los cuales lentes de realidad virtual, como «Oculus Rift», se manifiestan como los primeros pasos en la tecnología para conseguirlo.

Sí, hablamos a futuro, porque el metaverso no es aún una realidad palpable. No obstante, podemos encontrar una versión temprana o ligera de ese conceptos en el terreno de los videojuegos.

¿Videojuegos?

Los videojuegos representan la mayor aproximación actual que tenemos a este concepto, ya que muchos ofrecen experiencias bastante inmersivas y tienen como soporte la tecnología informática, aquello que da vida tanto a sus mecánicas como a su representación gráfica de la realidad.

Algunas sagas como «Grand Theft Auto» han permitido a sus usuarios crear servidores de “roleplay” en donde intentan emular la vida real. Otros, como «Minecraft» o « Rust», permiten a sus usuarios construir mundos con experiencias de supervivencia colectivas. «Fornite», por su parte, ha fungido como escenario para conciertos virtuales con mecánicas solo posibles en la fantasía.

Sin embargo, todas se encuentran limitadas por el hecho de obtenerlas tanto mediante una pantalla como exclusivamente por el sentido de la vista y oído. No constituyen una inmersión total.

Aún así, dado que es evidente que su nivel de inmersión ha avanzado conforme a la tecnología, es de esperarse que su evolución derive, eventualmente, hacia el concepto que entendemos como metaverso. Eso sí, con una importante diferencia: 

El metaverso no solo constituye una experiencia de divertimento, sino que el divertimento es una dimensión más de muchas otras.

En ese sentido, la película «Ready Player One» de Steven Spielberg representa bastante bien la idea del metaverso, solo que uno centrado en los videojuegos Esa misma inmersión, debería poder experimentarse en otros aspectos de la vida misma.

Metaverso y criptomonedas

Y puesto que hablamos de “la vida misma”, esta no existiría sin un sistema económico que le otorgue un orden.

¿Pero qué tipo de dinero se usaría? ¿Dólares, soles, euros…?

Bueno, ¿qué tal criptomonedas?

Las criptomonedas existen como la alternativa virtual al dinero convencional, por ende, es natural que se vinculen de forma natural y casi automática al concepto de metaverso.

Pero ya no es solo por compartir el mismo espacio digital, sino por emplear una tecnología, la tecnología blockchain, que se perfila como una solución para varias de las necesidades que supone la existencia de un mundo virtual:

• La asignación de propiedad, la seguridad de las transacciones y la capacidad de interconectar distintos programas de software bajo una misma red.

Todo ello, con la ventaja de ejecutarlo mediante un soporte descentralizado, es decir, sin necesidad de la intervención de gobiernos e intereses corporativos.

Así, las criptomonedas se perfilan como el sistema económico principal dentro de estos ecosistemas virtuales. Por tal motivo, es que los principales proyectos de metaverso actuales tienen como hogar la blockchain, y como medio para financiar sus actividades, un token.

De ellos, destacan: Decentraland, con su criptomonedas MANA y The Sandbox con SAND.

Sin embargo, es necesario mencionar a Second Life por ser uno de los pioneros y más posicionados bajo este principio, solo que no sustentando en blockchain, y Horizon Worlds, el primer producto de «Meta».

¿Cuándo se hará realidad el “Metaverso”?

Respuesta honesta: No lo sabemos, pero definitivamente tardará bastante tiempo.

Y esto es porque, si recurrimos a su concepto original, necesitamos que la experiencia sea totalmente inmersiva, algo que la tecnología actual no permite. Hablamos de un avance tecnológico que podría hallarse a varías décadas de distancia.

Sin embargo, si ampliamos el concepto de metaverso a experiencias no 100% inmersivas pero que buscan incrementar ese factor, entonces la distancia se acorta por mucho.

En unos años podríamos tener interesantes sistemas de realidad virtual que vayan más allá de lo audiovisual, pues ya se está desarrollando cierta tecnología que es capaz de emular tanto el gusto, el tacto e incluso el dolor. Teniendo en cuenta que «Meta», una de las empresas tech más importantes, se lo ha fijado como objetivo, es de esperar que este avance consiga acelerarse.

En conclusión, el que tan pronto llegue dependerá de cómo interpretes el concepto, pero en el sentido más estricto, no ocurrirá pronto. De todas maneras, el concepto necesita ser revisado desde otros puntos de vista más allá de la tecnología, dada sus grandes implicancias para el devenir de la sociedad humana.

Definitivamente, un tema bastante complejo, propio de una gran novela de ciencia ficción futurística que, cada vez, se torna menos ficticio.