LatAM: ¿El próximo líder de la adopción cripto?

Según el informe de The Chainalysis sobre la geografía de las criptomonedas en 2022, América Latina es el séptimo mayor mercado de criptomonedas del mundo.

A pesar de la subida y caída inicial de los precios, una parte significativa de las personas que entraron en el espacio en 2020 y 2021 han continuado aferrándose a los activos digitales, mostrando optimismo en este mercado.

América Latina también refleja esta tendencia, con un notable entusiasmo en su participación.

En el período comprendido entre julio de 2021 y junio de 2022, los ciudadanos de América Latina adquirieron aproximadamente 562.000 millones de dólares en criptomonedas, lo que supone un crecimiento sustancial del 40% en comparación con el total del año anterior. Además, la región cuenta con cinco países entre los treinta primeros en el índice de criptomonedas, con Colombia en el puesto 15 de la lista y Perú cerca del 20.

Según Chainalysis , en la actividad en la cadena de América Latina, se identificó tres casos de uso clave que impulsan la adopción de cripto:

Envío de remesas (pagos – transferencias – p2p)

DeFi (Búsqueda de rendimientos)

Almacenamiento de valor (cobertura de la inflación a través de stablecoins y tenencia de cripto)

En abril de 2022, el Fondo Monetario Internacional (FMI) informó que la tasa de inflación combinada de las cinco economías más grandes de América Latina, conocidas como “LA5” (Brasil, Chile, Colombia, México y Perú), había superado el 8%, alcanzando su nivel más alto en 15 años. Sin embargo, sólo cuatro meses después, esta estimación se actualizó hasta un asombroso 12,1%, lo que supone la tasa de inflación más alta de los últimos 25 años en la región.

La situación es aún más grave en países como Venezuela y Argentina, donde las tasas de inflación interanual son del 114% y el 79%, respectivamente.

La última vez que la inflación alcanzó tales cotas en América Latina, Bitcoin aún no se había inventado.

Datos recientes de Mastercard sugieren que más de un tercio de los consumidores latinoamericanos ya utilizan stablecoins para realizar compras cotidianas.